Jean Moulin: Heroe de la Resistencia Francesa !

Sebasg1973

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Gracias Wiki, aca la bio y algunos comentaros sobre el heroe de la Resistencia Francesa y que Kaus Barbie admirara y que con impunidad regreso a Francia despues de la guerra y le coloco flores



Jean Moulin (nacido en Béziers el 20 de junio de 1899 y muerto en un tren en los alrededores de Metz el 8 de julio de 1943) fue el director del Consejo Nacional de la Resistencia durante la ocupación de Francia a manos de la Alemania Nazi. Perseguido por la Gestapo y el gobierno de Vichy, fue finalmente capturado y muerto en medio de terribles torturas. Considerado como uno de los héroes de la Resistencia Francesa, yace enterrado en el Panteón de París.



La Resistencia Francesa

En 1939 es nombrado prefecto del departamento de Eure-et-Loir en Chartres. Siendo sargento en la reserva, quiso volver a las filas, pero la Administración lo obligó a conservar su puesto, en el que se encargaba de asegurar la seguridad de la población.
Al año siguiente, en 1940, es detenido bajo el Régimen de Vichy a manos de los alemanes al no acusar a una tropa de tiradores africanos de la Armada Francesa de haber cometido ciertas atrocidades a civiles en La Taye, una población cercana a Saint-Georges-sur-Eure, cuando en realidad, esas víctimas lo fueron de una serie de bombardeos alemanes. Mientras estuvo detenido se intentó suicidar cortándose la garganta con un vidrio pero fracasó, y la herida le dejó una cicatriz que siempre intentó esconder con una bufanda.
Gracias a sus ideas republicanas de izquierdas como radical-socialista y a su pertenencia a la masonería, es liberado por el Mariscal Philippe Pétain el 2 de noviembre del mismo año. Se instaló entonces en su casa familiar de Saint-Andiol (Bocas del Ródano), desde donde tras una llamada del General De Gaulle desde Londres, empieza a tomar contacto con la Resistencia Francesa y termina formando parte de ella.
En septiembre de 1941 va a Londres, tras pasar por España y Portugal con sus propios medios y bajo el sobrenombre de Joseph Jean Mercier. Es recibido por De Gaulle y le entrega un dossier explicándole el estado en el que se encuentra la Resistencia Francesa y con todo lo que necesita, principalmente dinero y armamento. Este dossier dará lugar a numerosas controversias por parte de los movimientos de resistencia perturbando las acciones de información en provecho de la Armada Inglesa y las de financiación e provisión de armas en provecho de ellos mismos.
Apoyándose en la inteligencia y capacidad de Jean Moulin, De Gaulle le encarga unificar los diferentes movimientos de resistencia y todos sus diferentes servicios (propaganda, información, sabotaje, entrenamiento, etc.) en el territorio francés y concretamente el importante movimiento Combat, dirigido por Henri Frenay, con el fin de construir una armada secreta de fuerzas francesas libres bajo sus órdenes. También se entrevistó durante esta época con otros hombre influyentes como Emmanuel d'Astier, Jean-Pierre Lévy, Pierre Villon o Pierre Brossolette. Con las órdenes marcadas, los medios financieros necesarios y comunicación directa con el General De Gaulle, que se encontraba en Londres, Jean Moulin es lanzado en paracaídas sobre la región de las Alpillas el 1 de enero de 1942 y toma el sobrenombre de Rex, y más tarde, el de Max.
En febrero de 1943 regresó a Londres, junto a Charles Delestraint, jefe del naciente ejército secreto francés, elegido por los movimientos de resistencia y por De Gaulle para dirigir sus acciones militares bajo sus órdenes. Allí recibió de manos de De Gaulle la condecoración de la Cruz de la Liberación. Se considera entonces reconocer a De Gaulle y al propio Jean Moulin como jefes políticos de la Resistencia. Pese a esto, Moulin sólo reconocía a De Gaulle como dirigente incontestable de la Resistencia Francesa.
El 21 de marzo de ese mismo año regresa, haciéndose llamar Max, con la tarea de formar el Consejo Nacional de la Resistencia o CNR, una tarea difícil, ya que debía unir a todos los grupos clandestinos con ideologías muy distintas. El 27 de mayo de 1943 tuvo lugar la primera sesión del CNR en París, en el domicilio de Moulin y éste trabajó con los tres grandes dirigentes de los grupos resistentes, que eran Henri Frenay, Jean-Pierre Lévy y Emmanuel d'Astier.
Con esfuerzo, consiguió hacerse admitir como jefe del CNR, que reunía a todos los jefes de todos los grupos de la Resistencia Francesa. El CNR representa, por tanto, la unidad de las fuerzas militares secretas francesa reconstituidas a los ojos de los Aliados y la legitimidad de Francia y con el General De Gaulle como único jefe de esta Armada y jefe político de Francia.
Favoreció la creación del gran maquis de Vercors con los movimientos socialistas y comunistas. Este maquis constituyó un grupo militar muy importante pero vulnerable al tener técnicas de guerrilla y sería destruido en 1944.



Arresto y Tortura

En junio de 1943, otro miembro de la Resistencia, René Hardy fue arrestado y torturado por la Gestapo, eventualmente fue liberado y al salir de la prisión, el 21 de junio, se dirigió a la casa de un doctor de nombre Frédéric Dugoujon en Caluire-et-Cuire (Ródano), en la periferia de Lyon, donde había una reunión con los principales jefes de la Resistencia, entre los que se encontraba Jean Moulin.
La Gestapo, que obviamente le seguía los pasos, irrumpe en la casa arrestando a todos los presentes. Después de que Jean Moulin fue identificado e interrogado por el jefe de la Gestapo local, Klaus Barbie, apodado el carnicero de Lyon, en el Fuerte Montluc de Lyon, es enviado a la Gestapo de París, donde es torturado.
Según testigos, a Moulin y a sus hombres se les sacaron las uñas de los dedos utilizando agujas calientes a manera de espátulas. Además, sus dedos fueron colocados en las bisagras de las puertas y estas fueron cerradas una y otra vez hasta que se le quebraron los nudillos. Luego se le apretaron las esposas hasta que penetraron su piel y le quebraron los huesos de las muñecas. Debido a que todavía se negaba a hablar, lo golpearon hasta que su rostro quedo irreconocible y cayó en coma. Luego, Barbie ordenó que Moulin fuera colocado en una oficina y que fuera mostrado a todos los miembros de la Resistencia que no colaboraran con los nazis. La última vez que fue visto con vida, seguía en coma y su cabeza era de color amarillo, hinchada y envuelta en vendajes. Fue enviado a Berlín en tren desde París para ser interrogado de nuevo, pero murió en el camino, a la altura de Metz, el 8 de julio de 1943.
Después de la guerra, a René Hardy se le acusó de traición, sin embargo no se pudo demostrar nada y se le declaró inocente.




Condecoraciones
  • Caballero de la Legión de Honor
  • Compañero de la Liberación - por decreto de 17 de octubre de 1942 (bajo el pseudónimo de caporal Mercier)
  • Medalla militar
  • Cruz de la guerra 1939-1945
  • Caballero del Mérito Agrícola
  • Medalla conmemorativa de la Gran Guerra
  • Medalla de la Educación Física
  • Medalla de Honor de Seguros Sociales (Ministerio de Trabajo)
  • Médaille de la Prévoyance Sociale
  • Medalla de la Asistencia (Ministerio de la Sanidad Pública)
  • Caballero de la Corona de Italia (1926)
  • Orden de Jade (China, 1938. )
Traslado de las cenizas de Jean Moulin al Panteón
Discurso de André Malraux. 19 de diciembre de 1964


Sr. Presidente de la República,

Hace ya más de veinte años que Jean Moulin salió, con un tiempo invernal parecido al de hoy, para lanzarse en paracaídas en las tierras de Provenza, y convertirse en el jefe de un pueblo de la noche. Sin la ceremonia de hoy, ¿cuántos niños de Francia sabrían su nombre? Él mismo sólo lo recuperó cuando fue asesinado; y desde entonces, han nacido dieciséis millones de niños...

Ojalá pudieran las conmemoraciones de las dos guerras culminar en la resurrección del pueblo de sombras que este hombre lidera, simboliza, y hace comparecer aquí como una humilde guardia solemne en torno a su cuerpo muerto. Después de veinte años, la Resistencia se ha convertido en un mundo poblado de fantasmas donde la leyenda se mezcla con la historia de la organización. Así es para mí este reencuentro: el sentimiento profundo, orgánico, milenario, que adquirió después su carácter de leyenda.

En un pueblo de Corrèze, los alemanes habían matado combatientes del maquis, y ordenado al alcalde de hacerlos enterrar en secreto, al alba. Es costumbre, en esta región que cada mujer asista a los entierros de cualquier difunto de su pueblo colocándose sobre la tumba de su propia familia. Nadie conocía a estos muertos, que eran alsacianos. Cuando llegaron al cementerio llevados por nuestros campesinos bajo la guardia amenazadora de las ametralladoras alemanas, la noche que se retiraba como el mar desveló a las mujeres de negro de Corrèze, inmóviles , alineadas en la pendiente de la montaña, y esperando en silencio, cada una junto a la tumba de los suyos, el entierro de los franceses muertos.

¿Cómo organizar esta fraternidad para convertirla en combate? Se sabe lo que Jean Moulin, al salir de Londres, pensaba de la Resistencia : "Sería loco y criminal no utilizar, en caso de una acción aliada sobre el continente, a estas tropas dispuestas a los más grandes sacrificios, dispersas y anárquicas hoy, pero pudiendo constituir mañana un ejército coherente de paracaidistas ya sobre el terreno, conociendo los lugares, habiendo escogido a su adversario y elegido su objetivo." "Ésta era también la opinión del general de Gaulle."

Sin embargo, cuando, el uno de Enero de 1942, Jean Moulin se lanzaba en paracaídas en Francia, la Resistencia no era aún más que un valor desordenado: una prensa clandestina, una fuente de informaciones, una conspiración para reunir a esas tropas que no existían aún. Además, esas informaciones se enviaban a uno u otro aliado, y estas tropas se levantarían cuando los aliados desembarcasen. Bien es verdad que los resistentes eran combatientes fieles a los aliados. Pero querían dejar de ser franceses resistentes, y convertirse en la Resistencia francesa.

Esa era la causa por la que Jean Moulin había ido a Londres. No sólo porque allí había combatientes franceses (que hubieran podido no ser más de una legión), no sólo porque una parte del imperio se había adherido a la Francia libre. Si él fue a pedir al general de Gaulle dinero y armas, también fue en demanda de "una aprobación moral, contactos frecuentes, rápidos y seguros con él". El general asumía entonces el No del primer día; la actitud de combate, en cualquier lugar, y de cualquier forma; en fin, el destino de Francia. La fuerza de los llamamientos de junio de 40 era menos por las "fuerzas inmensas que no se habían manifestado aún", que por: "Es necesario que Francia esté presente en la victoria. Entonces reencontrará su libertad y su grandeza." Francia, y no alguna legión de combatientes franceses.

Era por una Francia libre por lo que se pusieron de acuerdo los resistentes de Bir Hakeim , conformaban una Francia luchadora siempre en combate. Cada grupo de resistentes podía legitimarse por el aliado que lo armaba y sostenía, o incluso sólo por su valor; únicamente el general de Gaulle podía llamar a los movimientos de resistencia a la unión entre ellos y con todos los demás combates, pues Francia sólo a través de él, libraba un sólo combate. Es por lo que - incluso cuando el Presidente Roosevelt creyó asistir a una rivalidad de generales o partidos (el ejército de África, desde la Provenza hasta los Vosgos, combatirá en nombre del "gaullismo" como lo harán las tropas del Partido comunista).

Es también por lo que Jean Moulin se había llevado, en el doble fondo de una caja de cerillas, una microfoto con la sencilla orden siguiente: "El Sr. Moulin tiene por misión realizar, en la zona no directamente ocupada de la metrópolis, la unidad de acción de todos los elementos que resisten al enemigo y a sus colaboradores." Inagotablemente, muestra a los jefes de las agrupaciones el peligro que entraña el desgarramiento de la Resistencia dividida entre padrinos diferentes."

Cada acontecimiento capital (la entrada en la guerra de Rusia, y luego de los Estados Unidos, el desembarco en África del Norte) refuerza su posición. A partir del desembarco, todo indica que Francia va a convertirse de nuevo en teatro de operaciones. Pero la prensa clandestina, los informes (incluso enriquecidos por la infiltración en las administraciones públicas) están en la dimensión de la Ocupación, pero no de la guerra. Si la Resistencia sabe que no podrá liberar a Francia sin los aliados, no ignora tampoco la ayuda militar que su propia unidad podría aportarles. Paso a paso había aprendido que si era relativamente fácil hacer saltar un puente, no era menos fácil repararlo; mientras que si le fuera fácil, a la Resistencia, hacer saltar doscientos puentes, sería difícil a los alemanes repararlos simultáneamente.

En una palabra, sabe que una ayuda eficaz a los ejércitos de desembarco es inseparable de un plan conjunto. Es preciso que en todas las carreteras, en todas las líneas férreas de Francia, los combatientes clandestinos desorganicen metódicamente la concentración de las divisiones acorazadas alemanas. Y que un plan conjunto no puede ser concebido, ni ejecutado más que por la unidad de la Resistencia.

Es a lo que Jean Moulin se dedica día tras día, sufrimiento tras sufrimiento, un movimiento de Resistencia tras otro: "Y ahora, tratemos de encarar y calmar las iras..." Hay, inevitablemente, problemas personales; y aún más, la miseria de la Francia combatiente, la exasperante certeza para cada guerrilla o cada grupo independiente, de ser expoliado en beneficio de otra guerrilla u otro grupo, es lo que les indigna, aunque al mismo tiempo mantengan las mismas ilusiones...

Quién sabe aún la tenacidad que se requiere para hablar la misma lengua a profesores radicales o reaccionarios, funcionarios reaccionarios o liberales, trotsquistas o comunistas de vuelta de Moscú, comprometidos todos en la misma entrega a la liberación o en la misma prisión; lo que hubo en rigor que reconocer a un amigo de la República española, a un antiguo "prefecto de izquierda", expulsado por Vichy, para exigirles aceptar en el combate común a ciertos supervivientes de la Cagoule* ( Cagoule : organización secreta de la extrema derecha francesa)

Jean Moulin no necesita ninguna gloria usurpada: no es él quién creó Combate, Liberación, Francotirador, fueron Frenay, d'Astier, Jean-Pierre Lévy. No es él quién creó los numerosos movimientos de la zona norte cuya historia recogerá todos los nombres. No es él quién hizo los regimientos pero es él quién hizo al ejército. Fue el Carnot de la Resistencia*.
(Lazare Carnot (1753-1823) Político y militar frances. Miembro del Comité de Salud Pública, fue el creador del ejército de los ciudadanos y de la táctica de ofensiva de masas que dio a Francia el triunfo en las guerras revolucionarias)

Atribuir poca importancia a las opiniones denominadas políticas, cuando la nación está en peligro de muerte (la nación, no un nacionalismo entonces aplastado bajo los tanques hitlerianos, sino el don invencible y misterioso que iba a llenar el siglo); pensar que ese don dominaría pronto sobre las doctrinas totalitarias que atronaban Europa; ver en la unidad de la Resistencia la clave del combate para la unidad de la nación, era afirmar quizá lo que, después, se llamó el gaullismo. Era sin duda proclamar la supervivencia de Francia.

En febrero, este apasionado laico había establecido su conexión por radio con Londres, en el granero de un presbiterio parroquial. En abril, el Servicio de información y propaganda, luego el Comité general de estudios quedaron constituidos; en Septiembre, la infiltración en las administraciones públicas. Por último, el general de Gaulle decidía la creación de un Comité de coordinación que presidiría Jean Moulin, asistido por el jefe del Ejército secreto unificado. La prehistoria había finalizado. Coordinador de la Resistencia en la zona sur, Jean Moulin se convertía en su jefe. En enero de 1943, se creaba al Comité director de los Movimientos unidos de la Resistencia (lo que, hasta la Liberación, llamaríamos los Muros) bajo su Presidencia.

En febrero, volvía a salir para Londres con el general Delestraint, jefe del Ejército secreto, y Jacques Dalsace. De esa estancia, el coronel Passy dio el testimonio más conmovedor. "Vuelvo a contemplar a Moulin, pálido, invadido por la emoción que nos embargaba a todos, erguido, unos pasos ante el General y éste le dice, casi tranquilamente:" "Tomad precauciones", y luego: "le reconocemos como nuestro camarada, por la liberación de Francia, en el honor y por la victoria".

Y mientras que de Gaulle le daba el abrazo, una lágrima, cargada de reconocimiento, orgullo, indómita voluntad, se deslizaba suavemente a lo largo de la mejilla pálida de nuestro camarada Moulin. Como mantenía la cabeza levantada, podíamos ver aún, a través de su garganta, las huellas de los cortes que con la navaja de afeitar se había dado, en 1940, para evitar ceder bajo las torturas del enemigo. "Las torturas del enemigo..." En marzo, encargado de la misión de constituir y presidir el Consejo nacional de la Resistencia, Jean Moulin sube al avión que va a lanzarlo en paracaídas al norte de Roanne.

Ese Consejo nacional de la Resistencia, que agrupa los movimientos, los partidos y los sindicatos de toda Francia, es la unidad precariamente conquistada, y también la certeza de que en el día del desembarco, el ejército harapiento de la Resistencia esperará a las divisiones blindadas de la Liberación.

Jean Moulin encuentra a los miembros, a quienes él conseguirá reunir con tanta dificultad. Encuentra también una Resistencia trágicamente transformada. Hasta aquel momento, había combatido como un ejército, frente a la victoria, la muerte o el cautiverio. Pero comienza entonces a descubrir el universo de los campos de concentración, la certeza de la tortura. A combatir frente al infierno. Habiendo recibido un informe sobre los campos de concentración, le dice a su agente de conexión, Suzette Olivar: "Espero que nos fusilen antes." No deberían haber tenido necesidad de fusilarlo.

La Resistencia crece, los reacios al trabajo obligatorio pronto van a llenar nuestras guerrillas; la Gestapo crece también, la Milicia está por todas partes. Es el tiempo en que, en el campo, interrogábamos los ladridos de los perros en lo profundo de la noche; el tiempo en el que los paracaídas multicolores, cargados de armas y cigarrillos, caen del cielo hacia el resplandor de las señales de fuego en los claros y calzadas; el tiempo de los sótanos, y de los gritos desesperados que lanzan los torturados con voces infantiles... La gran lucha de las tinieblas ha comenzado.


El 27 de Mayo de 1943, tiene lugar en París, calle del Horno, la primera reunión del Consejo nacional de la Resistencia.
Jean Moulin recuerda los objetivos de la Francia libre: "Hacer la guerra;" devolver la palabra al pueblo francés; restablecer las libertades republicanas en un Estado donde la justicia social no será excluida y que tendrá el sentido de la grandeza; trabajar con los aliados en el establecimiento de una colaboración internacional real a nivel económico y social, en un mundo donde Francia habrá recuperado su prestigio. "

Luego da lectura de un mensaje del general de Gaulle, que fija como primer objetivo en el primer Consejo de la Resistencia, el mantenimiento de la unidad de esta Resistencia que él representa.
El peligro es cotidiano en la vida de cada uno de sus miembros. El 9 de junio, el general Delestraint, jefe del Ejército secreto finalmente unificado, es detenido en París.

Ningún sucesor aparece. Algo que es frecuente en la clandestinidad: Jean Moulin habrá dicho muchas veces antes de la llegada de Serreules: "Si yo fuera detenido, ni siquiera habría tenido tiempo de poner al corriente a un ayudante..." "Quiere pues designar a ese sucesor con el acuerdo de los movimientos, en particular, de los de la zona Meridional." Se entrevistará con sus delegados el 21, a Caluire.
Ellos le esperan allí, en efecto.
La Gestapo también.


En vano. El día en que, en el fuerte Montluc en Lyon, después de haberlo hecho torturar, el agente del Gestapo le entrega con que escribir puesto que ya no puede hablar, Jean Moulin dibuja la caricatura de su verdugo. Para la terrible continuación, escuchemos solamente las palabras tan sencillas de su hermana: "Interpretó su papel, y su calvario comienza. Escarnecido, salvajemente golpeado, la cabeza ensangrentada, estallados los órganos, alcanza los límites del sufrimiento humano sin traicionar nunca un solo secreto, él que los sabía todos. "

Comprendamos que, durante algunos de los días en los que aún podría hablar o escribir, el destino de la Resistencia estuvo suspendido del valor de este hombre. Como lo expresa Madame Moulin, él lo sabía todo.

Georges Bidault le sucederá. Pero he aquí la victoria de ese silencio atrozmente pagado: el destino cambió. Jefe de la Resistencia martirizada en sótanos horribles, observa con tus ojos desaparecidos a todas estas mujeres de negro que velan a nuestros camaradas: llevan el luto de Francia, y el tuyo.

Mira como se deslizan bajo los robles enanos del Quercy, con una bandera hecha de muselinas anudadas, la guerrilla que la Gestapo nunca encontrará porque el maquis no crece más que en los grandes árboles. Observa al prisionero que entra en una casa lujosa y se pregunta por qué le llevan a un cuarto de baño (aún no ha oído hablar de la bañera). Pobre rey martirizado por las sombras, observa a tu pueblo de sombras levantarse en la noche de junio estrellada de torturas.



Escucha el estruendo de los tanques alemanes que suben hacia Normandía a través de los largos gemidos del ganado al despertar por el ruido: gracias a ti, los tanques no llegarán a tiempo. Y cuando el boquete de los Aliados comienza, observa, prefecto* (gobernador), surgir en todas las ciudades de Francia los Comisarios de la República ( excepto cuando se les ha matado).

Has deseado, como nosotros, los "clochards"*
(vagabundos) épicos de Leclerc: observa, combatiente, tus "clochards" salir a cuatro patas de sus maquis de robles, y con sus manos campesinas adiestradas a los lanzagranadas detener a una de las primeras divisiones acorazadas del imperio hitleriano, la división "Das Reich."

Como Leclerc entró en los Inválidos, con su cortejo de exaltación bajo el sol de África y los combates de Alsacia, entra aquí, Jean Moulin, con tu terrible cortejo. Con los que se murieron en los sótanos sin haber hablado, como tu; e incluso, lo que es quizá más atroz, habiendo hablado; con todos los desaparecidos y pelados al cero en los campos de concentración, con el último cuerpo tropezando en las terribles filas de Noche y Niebla, y finalmente derribado a culatazos; con las ocho mil francesas que no volvieron de los presidios, con la última mujer muerta en Ravensbrück por haber dado asilo a uno de los nuestros. Que entre, con el pueblo nacido de la sombra y desaparecido con ella ( nuestros hermanos en la orden de la Noche...)

Conmemorando el aniversario de la Liberación de París, decía yo: "Escucha esta noche, juventud de mi país, estas campanas de aniversario que sonarán como hace catorce años lo hicieron." Que puedas tu, esta vez, oírlas: van a sonar por ti. "

El homenaje de hoy sólo necesita la canción que va a elevarse ahora, esta Canción de los partisanos que he oído murmurar como una canción de complicidad, luego salmodiar en la niebla de los Vosgos y los bosques de Alsacia, mezclada al balido perdido de las ovejas de los rebaños, cuando los lanzagranadas de Corrèze avanzaban al encuentro de los tanques de Rundstedt lanzados de nuevo contra Estrasburgo.

Escucha hoy, juventud de Francia, lo que fue para nosotros el Cántico de la Desdicha. Es la marcha fúnebre de las cenizas que entran hoy aquí. Junto a las de Carnot con los soldados del año II, de las de Victor Hugo con los Miserables, de las de Jaurès veladas por la Justicia, que descansan con su largo cortejo de sombras desfiguradas.

Que hoy, juventud, puedas tu pensar en este hombre como si hubieras acercado tus manos a su pobre cara deformada del último día, a sus labios que no habían hablado; ese día, Ésa era la cara de Francia...
(19 de diciembre de 1964.)

 
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