Restauro y puesta en valor de la sala del teatro Colón

-david-

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El emblemático Teatro Colon, vuelve hoy a nacer. Constructora San José S.A. (CSJ) tuvo a cargo los trabajos principales para devolverle el esplendor a su Sala, recuperando además su acústica. Un equipo interdisciplinario de técnicos y artesanos realizó los trabajos de restauración y puesta en valor. Después de cuatro años de intensa actividad, el Teatro Colón reabre sus puertas con la ventaja de desplegar toda la tecnología constructiva del siglo XXI, en una envolvente de estilo manierista del siglo pasado.

El arquitecto Jorge C. Pignataro, Gerente de Proyecto de la Constructora San José, describió el alcance y desarrollo de los trabajos recientemente finalizados, destacando la importancia de una labor donde cada uno de los profesionales intervinientes dejó plasmada su especialidad, en el rescate del edificio. La tarea desarrollada fue intensiva y minuciosa. Los responsables de CSJ tuvieron que trabajar a partir de una situación de gran deterioro y falta de mantenimiento del edificio, sabiendo desde un principio que toda la intervención debía respetar la esencia de la obra. La consigna era devolver a todos los argentinos esta joya de la arquitectura con todo su esplendor, pero al mismo tiempo sumarle tecnologías actuales.
El arquitecto Jorge Pignataro hizo hincapié en el proceso de puesta en valor pues, si bien se trata de un proyecto del Siglo XVIII, la restauración sigue los conceptos del XXI. Haciendo referencia a la historia, el arquitecto Meano escribió en la presentación del proyecto lo siguiente: "el Teatro Colón no tiene un estilo concreto y único por ser muy Manierato, ha adoptado caracteres generales del Renacimiento Italiano, alternados con la buena distribución de la arquitectura alemana, y la gracia de variedad, y bizarría de ornamentación propia de la arquitectura francesa".

El compromiso de CSJ fue respetar estrictamente la acústica, la estética, los materiales y la disposición originales, la esencia del edificio debía estar presente en cada decisión. "Cuando recibimos el edificio –explica Pignataro–, comprobamos que el deterioro era muy avanzado: tanto la sala, los palcos, los deambulatorios, los baños, las escaleras y ascensores mostraban la falta de mantenimiento de años". Las instalaciones estaban caducas, eran además de insuficientes y peligrosas. Por ejemplo, la instalación eléctrica tenía cables de goma y tela que se distribuían por dentro de los conductos de aire; tampoco existían instalaciones de detección de incendio. Los sanitarios estaban prácticamente fuera de servicio, y sus cañerías tapadas o destruidas por la corrosión: además, el acondicionamiento de aire era indiscutiblemente deficiente.
Según Pignataro, el Teatro Colón era un paciente grave "en estado de coma y, si bien su corazón aún latía, tenía todas sus arterias tapadas, su cuerpo envejecido, todos sus sistemas estaban gravemente afectados. Hubo entonces que realizar cirugías profundas para restablecer sus arterias, recuperar sus signos vitales, devolver lozanía a su cuerpo y finalmente recuperar la estética de su juventud, volviéndolo a la actividad con todo su esplendor".

Los trabajos

Se desnudó la sala, retirando cada uno de los componentes agregados a la construcción, realizando en cada etapa una medición acústica para tener registro de la respuesta en su estado original. Así se fue determinando, siguiendo normas internacionales, la respuesta de la sala a diversas frecuencias de cada etapa. El telón original fue restaurado. Los técnicos y artesanos no se alejaron de la consigna: mantener los materiales originales y reponer los cueros pintados con las técnicas y colores iniciales. Otra tarea importante fue cerrar la campana de polvo, para preservar la sala de los trabajos de remodelación. También fue importante poner en posición horizontal el piso de la sala, normalmente inclinado, para lo que se usó un sistema hidráulico. Con la sala a nivel fue posible instalar un andamio de aluminio alemán, que abarcó volumétricamente toda la sala, desde su piso hasta la cúpula.
Poder llegar a todos los rincones simplificó las tareas de limpieza y restauro de todas las partes, incluidas las pinturas originales de la cúpula (de Raúl Soldi), la araña central, los cielorrasos y sus frescos, las figuras ornamentales, los apliques de bronces y los frentes de palcos con dorados a la hoja.

Se recuperó la pintura original "Rojo Matone" en los palcos y sala, con técnicas de decapados a bisturí. Para las demás pinturas, se realizaron estratigrafías que permitieron descubrir los componentes y capas, y reproducirlos (Ver El milagro ...)
Se dio espacial atención al restauro y puesta en valor de la araña, una estructura original de aproximadamente 1,3 toneladas y 750 lámparas, cuidando en extremo su sistema de izaje. Los responsables de los textiles, registraron las características acústicas de cada uno de ellos (ver Entre telas ...). También buscaron por todo el mundo en donde reproducir las telas, con un tratamiento ignífugo pero manteniendo las mismas características originales. Los técnicos renovaron todos los circuitos, cañerías y cables dotando de nuevas canalizaciones. Esto mismo fue aplicado a todos los locales e instalaciones electromecánicas, de detección y extinción de incendios, sistemas de BMS para control y comando de dichas instalaciones, sistemas de buscapersonas, audio y video. Vale destacar la labor desarrollada por los integrantes de CSJ en todos los trabajos, incluso en Seguridad e Higiene, que respetó los plazos de entregas. No hubo accidentes ni daños que lamentar.

Constructora San José S.A. es una filial del Grupo San José España, una Compañía Global que se destaca por su diversificación en diferentes áreas de negocios, por su compromiso con el cliente, la calidad, la innovación y el desarrollo sostenible.
 
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