El origen del nombre Jugador Numero 12: La leyenda

Sebasg1973

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LA LEYENDA

El Jugador Número 12

Victoriano Caffarena fue el único fanático que viajó a ver a Boca en la Gira de 1925 y de allí nació el famoso apodo con el que hoy se conoce a la hinchada en el mundo.

Hay cosas que trascienden las fronteras. En cualquier parte del mundo en la que un argentino se encuentre, rápidamente se lo asocia con Diego Maradona, el tango o Carlos Gardel. Muchos, y también es cierto, conocen de la Argentina a la Número 12. Miles de extranjeros visitan La Bombonera para presenciar la fiesta que viven los hinchas de Boca cada domingo. Lo que pocos saben es cómo nació ese apodo, o por qué, o por quién.

Te sigo a todas partes. Durante la época del amateurismo, Boca se convirtió en un fenómeno masivo y popular. Para ello, mucho tuvo que ver la Gira de 1925 que el club realizó por Europa (fue el primer equipo argentino). Victoriano Caffarena, un hincha fanático como pocos, aportó dinero para bancar el viaje del plantel y, ya que su buen pasar económico se lo permitía, también se subió al barco y compartió con los jugadores la travesía. El Toto, como le decían sus amigos, era de una familia bien, que tenía campos en la provincia de Buenos Aires, Su padre no veía con buenos ojos que su hijo fuera a la cancha y mucho menos que hiciera semejante viaje por un "simple club de fútbol". Pero él no escuchó los consejos y se fue a ver a su Boca Juniors querido por el Viejo Continente. "Mi viejo era un tipo muy especial y un apasionado por Boca. El bancó parte de la Gira del 25 que hicieron los jugadores. La situación económica de la familia lo permitía y él, que ya estaba estudiando para escribano y trabajaba, también tenía algo de dinero", cuenta su hijo Agustín.

Durante la Gira, Victoriano se fue metiendo de a poco en el grupo y, con el tiempo, se convirtió en uno más del plantel y ayudaba a los jugadores en todo lo que podía. En los partidos estuvo en el banco e hizo de todo: fue técnico, delegado, masajista. Allí, los mismos futbolistas lo rebautizaron como el Jugador Número 12. Tanta amistad hizo con el plantel que Antonio Cerrotti —delantero surgido de la cantera del club y el primer argentino en marcar un gol en Europa— lo eligió para que fuera el padrino de su hijo Carmelo (ver A él le...). Al regresar, se hizo tan famoso como cada integrante del plantel. Su pasión por el barrio y los colores lo llevaron a ser presidente de la agrupación barrial Amigos de la República de La Boca. Además, recomendó a Italo Goyeneche para que compusiera el himno xeneize. Boca era todo para él y por eso iba lo justo y necesario a su escribanía en la calle 25 de Mayo. A él le gustaba más convivir con el equipo y estaba hasta en el mínimo detalle: se fijaba lo que comían, cuándo y dónde lo hacían, controlaba que durmieran bien o si estaban bien atendidos. Vivía por y para Boca. Y cada vez que el equipo se consagraba campeón, él celebraba tirando cañonazos desde la terraza de su edificio.

"Era un tipo muy abierto, tenía mucha personalidad y era muy carismático. Estaba siempre impecablemente vestido y le gustaba la buena vida. Era de hacer muchas bromas. Por ejemplo, de chico acostumbraba a disfrazarse de cura, y se hacía pasar por uno cuando sus primas iban a confesarse, para enterarse de todo lo que hacían", recuerda Agustín, que heredó el amor de su padre por Boca pero no va a la cancha.

Premio merecido. Tiempo después, Victoriano Caffarena tuvo el reconocimiento que merecía. Alberto J. Armando, durante su presidencia, homenajeó a todos los jugadores que formaron parte de la Gira del 25 y, en el mismo acto, le dio una plaqueta y un distintivo a Toto, nombrándolo oficialmente el Jugador Nº 12.

La 12 se hizo famosa en el mundo

La leyenda nació y creció de la mano de Victoriano, los hinchas se iluminaron y la hicieron propia. A la gente de Boca, por su apoyo incondicional, por su aliento, por su empuje, se la conoce como el Jugador Número 12. La historia marca que, donde juegue Boca, allí estará su gente. Como la bandera gigante, que recorrió el mundo y fue hasta Tokio para verlo campeón mundal. Tal como lo hubiera hecho Toto...

Antonio Cerrotti, su compadre

Cerrotti fue un delantero surgido de la cantera del club, que se convirtió en el primer argentino en marcar un gol en Europa, en la victoria de Boca sobre Celta por 3-1, en el debut del equipo en la Gira. Toto entabló una gran relación con el jugador. De hecho, Caffarena fue el padrino de Carmelo, el hijo de Antonio.

A él le encantaba ser hincha
Carmelo Cerrotti. Ahijado de Victoriano Caffarena

Victoriano Caffarena era una persona muy amable y agradable. Tenía muchas relaciones de amistad (entre ellas trabó una con mi padre), ya que era muy abierto socialmente. Era descendiente de una familia criolla —su padre era argentino; su madre, uruguaya— que tenía muy buen poder adquisitivo, dueña de muchos campos en la provincia de Buenos Aires. A él no le importaba tanto estudiar, aunque su padre, vinculado a la docencia, insistió hasta lograr que se recibiera de escribano. Con esto también buscaba alejar un poco a su hijo del ambiente del fútbol: a ellos no les gustaba que fuera a la cancha y mucho menos que viajara con el equipo, como cuando se fue a Europa.

Pero Victoriano era hincha fanático de Boca, y nadie pudo disuadirlo. Antes de viajar, él contactó al plantel para ver si necesitaban algo. Y su constante cercanía con los futbolistas derivó en que lo apodaran el Jugador Número 12. Esto trajo su polémica, porque él se volvió muy popular y tenía sus problemas en su escribanía con quienes eran hinchas de otros clubes.

Su presencia al lado de Boca no se limitó a ese viaje y a los partidos de local. Cuando Boca jugaba de visitante, él entraba con el plantel como si fuera directivo, y los jugadores, en la intimidad, le daban un lugar más importante que a los propios dirigentes. Y si nunca incursionó en la política del club fue porque no le interesaba. Siempre decía que no había nacido para eso. A él le encantaba ser hincha.
 
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