"Solo queria estar con ustedes aca y asi es muy dificil. Yo invente todo esto, asi que me voy. Chau", dijo Charly Garcia y dejo el escenario luego de un show de 40 minutos. Fue el viernes, en la tercera fecha del Gesell Rock, que tenia en Garcia al plato fuerte de la noche. Antes se habian presentado, entre otros, Attaque 77, Vicentico, Almafuerte, Kapanga y Carajo. Hoy el cierre es con Las Pelotas, Jovenes Pordioseros y Los Gardelitos.
Dejando atras la erratica apertura del miercoles y los buenos shows de Leon Gieco, La Vela Puerca y Los Cafres del jueves, el viernes fue, por momentos, una fiesta del rock. A las 15 abrieron las puertas del ex Autocine, esta vez provisto de tres escenarios simultaneos. El escenario 2 estuvo restringido al metal, con los shows de Logos, O'Connor, Horcas, Plan 4 y otros, demostrando que es posible la convivencia pacifica entre estilos.
A las 20, el show festivo y potente de Kapanga, no hizo sentir la lluvia que empapo a las ms de 6 mil personas que se acercaron al predio. Hits como Postal, Me mata y el Mono relojero definieron un ritual celebratorio. Luego llego el turno de Almafuerte, con un show correcto, con dedicatoria a Pappo incluida, que mostro a un Ricardo Iorio irreconocible, medido en sus declaraciones. "Me dijeron que no diga nada", comento el cantante.
A las 22 subio al escenario Vicentico en lo que fue, hasta aqui, lo mas destacado del festival: calidad, calidez y respeto al publico. Con diez musicos en escena y un Vicentico inspirado, exitos como Los caminos de la vida, Tiburon, Se despierta la ciudad y el cadillac Demasiada presion hicieron bailar al publico. "¡Que se vuelvan a juntar!" corearon algunos nostalgicos. "Quienes? Los V8?", bromeo Vicentico. Flavio Cianciarulo habia tocado mas temprano.
El escenario principal ardia y los Attaque 77 con un repertorio a base de hits (Hacelo por mi, Espadas y serpientes, Antihumano, Arrancacorazones) no dejaron que bajase la temperatura. A las 0:30 Attaque 77 termino su show. Eran las 2 de la mañana, la molesta llovizna le dejo paso a un viento frio y Charly Garcia no llegaba. La espera se prolongo y comenzo el exodo de aquellos que no hacen caso a excentricidades ni le tienen paciencia a la "genialidad". Solo quedaron unas 2 mil personas. Los organizadores ya tenian lista la alfombra roja, pero la limusina blanca no llegaba: hubo que ir a buscar a Garcia a Pinamar. En medio de la polemica por las agresiones a un fotografo en Punta del Este y el pedido de captura por parte de la justicia uruguaya, llego al ex Autocine a las 2:10 y los pocos que quedaron escucharon, con un Garcia fastidioso, un repertorio corto, con desajustes y desprolijidades insalvables. Sonaron temas como Yendo de la cama al living, Influencia, El amor espera, La hija de la lagrima, entre otros pocos que prefirio unir a manera de popurri improvisado. "Vamos a hacer un tema nuevo, que es algo que no se hace ahora en Villa Gesell", dijo Garcia y estaba en lo cierto. Presento Holocausto, tema de reconocida influencia "pinkfloydeana". Tambien tiro dos veces la guitarra electrica, el microfono y su pie, un vaso de whisky y en un gesto repetido se bajo los pantalones.
Luego de 40 minutos de show abandono el escenario.
Dejando atras la erratica apertura del miercoles y los buenos shows de Leon Gieco, La Vela Puerca y Los Cafres del jueves, el viernes fue, por momentos, una fiesta del rock. A las 15 abrieron las puertas del ex Autocine, esta vez provisto de tres escenarios simultaneos. El escenario 2 estuvo restringido al metal, con los shows de Logos, O'Connor, Horcas, Plan 4 y otros, demostrando que es posible la convivencia pacifica entre estilos.
A las 20, el show festivo y potente de Kapanga, no hizo sentir la lluvia que empapo a las ms de 6 mil personas que se acercaron al predio. Hits como Postal, Me mata y el Mono relojero definieron un ritual celebratorio. Luego llego el turno de Almafuerte, con un show correcto, con dedicatoria a Pappo incluida, que mostro a un Ricardo Iorio irreconocible, medido en sus declaraciones. "Me dijeron que no diga nada", comento el cantante.
A las 22 subio al escenario Vicentico en lo que fue, hasta aqui, lo mas destacado del festival: calidad, calidez y respeto al publico. Con diez musicos en escena y un Vicentico inspirado, exitos como Los caminos de la vida, Tiburon, Se despierta la ciudad y el cadillac Demasiada presion hicieron bailar al publico. "¡Que se vuelvan a juntar!" corearon algunos nostalgicos. "Quienes? Los V8?", bromeo Vicentico. Flavio Cianciarulo habia tocado mas temprano.
El escenario principal ardia y los Attaque 77 con un repertorio a base de hits (Hacelo por mi, Espadas y serpientes, Antihumano, Arrancacorazones) no dejaron que bajase la temperatura. A las 0:30 Attaque 77 termino su show. Eran las 2 de la mañana, la molesta llovizna le dejo paso a un viento frio y Charly Garcia no llegaba. La espera se prolongo y comenzo el exodo de aquellos que no hacen caso a excentricidades ni le tienen paciencia a la "genialidad". Solo quedaron unas 2 mil personas. Los organizadores ya tenian lista la alfombra roja, pero la limusina blanca no llegaba: hubo que ir a buscar a Garcia a Pinamar. En medio de la polemica por las agresiones a un fotografo en Punta del Este y el pedido de captura por parte de la justicia uruguaya, llego al ex Autocine a las 2:10 y los pocos que quedaron escucharon, con un Garcia fastidioso, un repertorio corto, con desajustes y desprolijidades insalvables. Sonaron temas como Yendo de la cama al living, Influencia, El amor espera, La hija de la lagrima, entre otros pocos que prefirio unir a manera de popurri improvisado. "Vamos a hacer un tema nuevo, que es algo que no se hace ahora en Villa Gesell", dijo Garcia y estaba en lo cierto. Presento Holocausto, tema de reconocida influencia "pinkfloydeana". Tambien tiro dos veces la guitarra electrica, el microfono y su pie, un vaso de whisky y en un gesto repetido se bajo los pantalones.
Luego de 40 minutos de show abandono el escenario.
